Saltar al contenido

28 de junio de 2016

Martes 28 de Junio de 2.016

Evangelio:

San Mateo 8, 23-27

La tempestad

Mat 8:23 Cuando Jesús hubo subido a la barca, le siguieron sus discípulos.
Mat 8:24 Se produjo en el mar una agitación grande, tal que las olas cubrían la barca; pero Él, entre tanto, dormía,
Mat 8:25 y, acercándose, le despertaron, diciendo: «Señor, sálvanos, que perecemos».
Mat 8:26 Él les dijo: «¿Por qué teméis, hombres de poca fe?». Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.
Mat 8:27 Los hombres se maravillaban y decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?»

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La tempestad

Dios, Jesús, lo demostró. Enseñó a todos su poder.

Cuando tú sientes tempestad en tu corazón, cuando las pasiones te atormentan, Dios, Jesús, viene a ti. Pero, ¡llámale!… «¡Señor, sálvanos, que perecemos!»

Y verás como Dios dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?»

Y eso es, tienes poca fe. Te lo vengo diciendo, de tanto en tanto, para que le pidas a Dios Padre, en nombre de Jesús, que te aumente esta fe. Y ya va siendo hora de que me hagas caso. Pero algunos piensan que la fe no da muchas alegrías terrenas, que cuando hay fe verdadera, hay sacrificio, mortificación, dar de lo tuyo a los demás y… tienen miedo de quedarse sin nada. ¿Cómo vas a quedarte sin nada, si Dios puede dártelo todo? ¡Pide! ¡Vamos! ¡Pide!

Dios calmará tu tempestad, ¡seguro!, pero pídeselo, para ti y para los demás.

P. Jesús

© copyright