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28 de enero de 2015

Miércoles 28 de Enero de 2.015

Evangelio:

San Marcos 4, 1.3-8.13-20

La Biblia

Mar 4:1 De nuevo comenzó a enseñar Jesús junto al mar. Había en torno de Él una numerosísima muchedumbre, de manera que tuvo que subir a una barca en el mar y sentarse; y la muchedumbre estaba a lo largo del mar, en la ribera.
Mar 4:3 «Escuchad: Salió a sembrar un sembrador,
Mar 4:4 y al sembrar, una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y se la comieron.
Mar 4:5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había casi tierra, y al instante brotó, por no ser profunda la tierra;»
Mar 4:6 pero en cuanto salió el sol se marchitó, y, por no haber echado raíz, se secó.
Mar 4:7 Otra parte cayó entre cardos, y, creciendo los cardos, la ahogaron y no dio fruto.
Mar 4:8 Otra cayó en tierra buena y dio fruto, que subía y crecía, dando uno treinta, otro sesenta y otro ciento.
Mar 4:13 Y les dijo: «¿No endeudéis esta parábola? Pues ¿cómo vais a entender todas las otras?
Mar 4:14 El sembrador siembra la palabra.
Mar 4:15 Unos están junto al camino, y se siembra en ellos la palabra; pero, en cuanto la oyen, viene Satanás y arrebata la palabra que en ellos se había sembrado.»
Mar 4:16 Asimismo, los que reciben la simiente en terreno pedregoso son aquellos que, al oír la palabra, la reciben desde luego con alegría,
Mar 4:17 pero no tienen raíces en sí mismos, sino que son inconstantes, y en cuanto sobreviene la adversidad y la persecución por la palabra, al instante se escandalizan.
Mar 4:18 Otros hay para quienes la siembra cae entre espinas; ésos son los que oyen la palabra,»
Mar 4:19 pero sobrevienen los cuidados del siglo, la fascinación de las riquezas y las demás codicias, y la ahogan, quedando sin dar fruto.
Mar 4:20 Los que reciben la siembra en tierra buena son los que oyen la palabra, la reciben y dan fruto, quién treinta, quién sesenta…

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La Biblia

Cuántos han leído algún pasaje de la Biblia, y esta semilla, en algunos, no fructificó; en otros, les ayudó un poco a encontrar a Dios, pero lo perdieron al entretenerse con las cosas de este mundo; otros acogieron la palabra de Dios y son felices practicando la fe; y algunos han hallado en el Evangelio a Jesús y a su Iglesia Católica, son bautizados y viven en Gracia de Dios.

La semilla está, está al alcance de todos y vive en los santos, como árbol fuerte donde los pájaros hacen sus nidos.

P. Jesús

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