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28 de abril de 2016

Jueves 28 de Abril de 2.016

Evangelio:

San Juan 15, 9-11

Jesús te ama, como Dios lo amó a Él

Joh 15:9 Dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me amó, Yo también os he amado; permaneced en mi amor.
Joh 15:10 Si guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.
Joh 15:11 Esto os lo digo para que yo me goce en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Jesús te ama, como Dios lo amó a Él

Eres tan y tan amado, y te sientes solo y frustrado, y triste y lleno de sufrimientos. Y aún así, te digo, eres tan amado.

Dios, Jesús, el Mesías, te ama tanto como Dios Padre lo amó a Él, a Jesús.

Fíjate cuánto te ama Dios.

Jesús sufrió, y era amado por Dios.

Tú sufres, y eres amado por Dios.

A Jesús, no todas las cosas suyas le fueron bien, fue traicionado, nació en una cueva, tuvo que trabajar duro con sus manos, haciendo de carpintero; anduvo a pie por caminos, sufrió por la muerte del amigo Lázaro, vio el sufrimiento de tantos; a todos hizo el bien, y pocos se lo agradecieron, y quedó solo ante Pilato…

Ya sabes la historia de Jesús, y sabes que era amado por Dios Padre, porque todo esto que vivió, que pasó, tenía que ser así para salvarte a ti y a todos los que quieran ser salvados, porque así son las cosas en este mundo, en la tierra, después del pecado de nuestros primeros padres Adán y Eva; y Jesús, Cristo, se sometió a la realidad de estas circunstancias, el sufrimiento del mundo, sufrimiento para todos, incluso para Él, Jesús, Dios mismo.

No maldigas tu cruz, no renuncies a tu dolor, vívelo viviendo en gracia de Dios, aceptando que es parte de este mundo, y que, como a la Virgen María, nadie te va a quitar tus lágrimas de dolor al pie de la cruz, de otros que sufren, como sufrió Jesús en la Cruz. Pero tú tienes a la Virgen, que intercede por ti, que te cuida y te consuela de todo tu dolor, y tienes a Dios, a Jesús, que te ayuda a llevar la cruz tuya, y tu sufrimiento y cruz, por ver las cruces de otros que sufren llevando su cruz; tú puedes aliviarlos con tu fe, con tu bondad, porque no hay cosa que consuele más que saber, que ver, que hay personas buenas de verdad; la bondad une; si sabes de uno que es bueno, aunque no le trates tú, pero te cuentan o te enteras de que es bueno y hace obras de bien, de caridad, entonces tu corazón se alegra porque no te sientes solo, aun cuando no trates a esta persona, pero la bondad une; la verdadera bondad, une, porque Dios es Bueno, y quien obra bien, obra con Él, con Dios, estando en Él, en Dios.

Resistir a la maldad de otros haciendo siempre el bien, esto es admirable, y muchos que lo ven, te admiran, lo admiran y lo imitarán; dales tiempo, mientras tú vives tu tiempo en Dios, en Cristo, en el Amado por Dios y por ti mismo; el que te ama como Dios le amó, Jesús, el carpintero de Nazaret, el hijo de José y de María, el Hijo de Dios y de la Virgen María. Confía en tu fe y vive la esperanza que te será cumplida. ¡Vive bien! Dios te Ama. Acéptalo y vívelo, y pásalo a tus amigos.

P. Jesús

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