Viernes 27 de Febrero de 2.015
Evangelio:
San Mateo 5, 20-26 El hombre justo Mat 5:20 Dijo Jesús a sus discípulos: «Porque os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El hombre justo El hombre justo tiene consigo la Paz de Dios, y si la pierde, va a confesarse y la recupera, porque al vivir en Gracia de Dios, en Gracia Santificante, por cumplir los mandamientos, si se peca, se va uno a confesar y recupera su amistad con Dios. El hombre justo es amigo de Jesús, Dios, y lo imita, y como Jesús, Dios, toda su vida, la personal, social, de trabajo, la espiritual, toda su vida temporal, está bajo los deseos de Dios Padre. Quien imita a Jesús, éste es humilde por imitación, porque Jesús, Dios, fue humilde. El hombre justo es prudente, y la prudencia vive en el silencio y teniendo la máxima relación con Dios. Cuesta no querer chismorrear, cuesta no querer saber lo que hacen los demás, algunos porque tienen miedo de lo que les pueden hacer, otros porque quieren imitarlos, otros para criticar, juzgar y sentenciar. Y en ello, en saber lo de los demás, gastan el tiempo que debería ser para saber de Dios, de lo que quiere Dios de uno, de cada uno. ¿Crees que Dios no ayuda a los justos? ¿Crees que los justos tienen que indagar en los demás para protegerse?; Dios mismo es la protección de los justos, es su escudo. Hacer el bien siempre, es como una capa protectora que tiene el justo a toda hora. ¡Claro que recibe daños!, pero no los que quieren darle sus enemigos; los enemigos del justo son los que no obran bien, son los que les molesta que tú obres bien, porque ellos no lo hacen ni quieren hacerlo. ¿Dónde está la libertad? Hay más libertad para pecar contra la Ley de Dios que contra la ley civil, en este mundo donde el pecado lo tiene sellado, y sólo Jesús, Dios, lo puede liberar, por la decisión personal de cada uno de ser de Cristo, de ser de Dios, y ¡serlo! Hay que propagar el Evangelio. P. Jesús © copyright |