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27 de febrero de 2015

Viernes 27 de Febrero de 2.015

Evangelio:

San Mateo 5, 20-26

El hombre justo

Mat 5:20 Dijo Jesús a sus discípulos: «Porque os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mat 5:21 Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el que matare será reo de juicio.»
Mat 5:22 Pero yo os digo que todo el que se irrita contra su hermano será reo de juicio, el que le dijere “raca” será reo ante el sanedrín, y el que le dijere “loco” será reo de la gehenna de fuego.
Mat 5:23 Si vas, pues, a presentar una ofrenda ante el altar y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
Mat 5:24 deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve a presentar tu ofrenda.
Mat 5:25 Muéstrate, cuanto antes, conciliador con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas puesto en prisión.
Mat 5:26 Que en verdad te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El hombre justo

El hombre justo tiene consigo la Paz de Dios, y si la pierde, va a confesarse y la recupera, porque al vivir en Gracia de Dios, en Gracia Santificante, por cumplir los mandamientos, si se peca, se va uno a confesar y recupera su amistad con Dios.

El hombre justo es amigo de Jesús, Dios, y lo imita, y como Jesús, Dios, toda su vida, la personal, social, de trabajo, la espiritual, toda su vida temporal, está bajo los deseos de Dios Padre. Quien imita a Jesús, éste es humilde por imitación, porque Jesús, Dios, fue humilde. 
No te burles de nadie, no hagas comentarios tan humanos que dejes de tener caridad; es mejor que pases por soso y seas sal por tus virtudes. ¿Has visto tú un hombre justo de fiesta en fiesta, bebiendo y charlando de más? Yo, no.

El hombre justo es prudente, y la prudencia vive en el silencio y teniendo la máxima relación con Dios.

Cuesta no querer chismorrear, cuesta no querer saber lo que hacen los demás, algunos porque tienen miedo de lo que les pueden hacer, otros porque quieren imitarlos, otros para criticar, juzgar y sentenciar. Y en ello, en saber lo de los demás, gastan el tiempo que debería ser para saber de Dios, de lo que quiere Dios de uno, de cada uno. ¿Crees que Dios no ayuda a los justos? ¿Crees que los justos tienen que indagar en los demás para protegerse?; Dios mismo es la protección de los justos, es su escudo.

Hacer el bien siempre, es como una capa protectora que tiene el justo a toda hora. ¡Claro que recibe daños!, pero no los que quieren darle sus enemigos; los enemigos del justo son los que no obran bien, son los que les molesta que tú obres bien, porque ellos no lo hacen ni quieren hacerlo. ¿Dónde está la libertad? Hay más libertad para pecar contra la Ley de Dios que contra la ley civil, en este mundo donde el pecado lo tiene sellado, y sólo Jesús, Dios, lo puede liberar, por la decisión personal de cada uno de ser de Cristo, de ser de Dios, y ¡serlo!

Hay que propagar el Evangelio.

P. Jesús

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