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26 de septiembre de 2016

Lunes 26 de Septiembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 9, 46-50

El que reciba este niño en nombre de Jesús…

Luk 9:46 Les vino a los discípulos este pensamiento: quién sería entre ellos el mayor.
Luk 9:47 Conociendo Jesús los pensamientos de su corazón, tomó un niño, lo puso junto a sí,
Luk 9:48 y les dijo: «El que recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió; y el menor entre todos vosotros, ése será el más grande».
Luk 9:49 Tomando la palabra, Juan dice: «Maestro, hemos visto a uno echar los demonios en tu nombre y se lo hemos estorbado, porque no era de nuestra compañía».
Luk 9:50 Contestóle Jesús: «No se lo estorbéis, pues el que no está contra vosotros, está con vosotros».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El que reciba este niño en nombre de Jesús…

Eres más importante, cuanto más sacrificado y servicial seas.

Eres más importante, cuanto más veles y hagas por los niños, porque los niños necesitan los mejores cuidados, porque son débiles por la edad y además, son el futuro de la humanidad.

¡Cuán maltratados han sido los niños siempre! Fijaos si es cierto lo que os comento, porque esos hombres y mujeres sin corazón, esos que no aman hoy a los niños, que los dejan abandonados en manos de políticos sin escrúpulos, o los abortan, o ni les permiten nacer, o abusan de ellos, de todas las maneras posibles e inimaginables, que pasan hambre y mueren de hambre o de golpes, y tantos, tantísimos en manos del sexo, de la prostitución, del libertinaje, de las malas maneras, de la violencia doméstica, y un largo etc., a esos hombres y mujeres de hoy, que tanto dañan a los niños, de niños ¿qué les ocurrió?, ¿qué fue de ellos?… Que cada uno medite, piense en esos niños de 0 a 12 años, cuyos padres tienen de 20 a 50 años, ¿qué vivieron estos hombres y mujeres que ahora tienen entre 20 a 50 años?… piénsalo, y verás porqué ahora ellos hacen lo que hacen con los niños. La clave está en el pasado.

Pero, sea lo que fuere que vivieran, tienen que superarlo, deben seguir a Cristo y, en nombre de Jesús, como discípulos suyos, tienen que recibir a los niños, para así recibir ellos, tú, a Dios, en unidad de identidad divina, y serás grande, y el mayor de muchos. La distinción se gana a esfuerzos de obras de amor, de caridad.

Dios espera mucho de ti. No sólo tú esperas de Él, sino que Él, Dios, Jesús, espera mucho de ti.

¡No le falles!

P. Jesús

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