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26 de enero de 2015

Lunes 26 de Enero de 2.015

Evangelio:

San Marcos 3, 22-30

Criticaban a Jesús, Dios

Mar 3:22 Los escribas que habían bajado de Jerusalén, decían: Está poseído de Beelcebul, y por virtud del príncipe de los demonios echa a los demonios.
Mar 3:23 Llamólos a sí y les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Mar 3:24 Si un reino está dividido contra sí mismo, no puede durar.
Mar 3:25 Y si una casa está dividida contra sí misma, no podrá subsistir.
Mar 3:26 Si, pues, Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede sostenerse, sino que ha llegado su fin.
Mar 3:27 Mas nadie puede entrar en la casa de un fuerte y saquearla si primero no ata al fuerte, y entonces saqueará la casa.
Mar 3:28 En verdad os digo que todo les será perdonado a los hombres, los pecados y aun las blasfemias que profieran;»
Mar 3:29 pero quien blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, es reo de eterno pecado.
Mar 3:30 Porque ellos decían: Tiene espíritu impuro.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Criticaban a Jesús, Dios

La crítica, el juzgar, esto le hicieron a Jesús, Dios; le criticaron, le juzgaron, aun habiendo visto tantos de sus milagros, pero la mente de ellos no quería ver la Verdad.

Normalmente el que juzga, el que critica, casi siempre lo hace sólo por lo que quiere saber o cree que sabe. Amar a Dios es fiarse de Él, confiar en Dios, es tener fe.

No peques tú contra el Espíritu Santo, blasfemando contra Dios, Jesús. Si algo no comprendes, ora y estudia la Sagrada Biblia, y pide a Dios Espíritu Santo, te ilumine la inteligencia; y a la Virgen María, pídele que le diga a Dios te dé un corazón puro y bueno como el de Ella. Dios siempre oye toda oración salida de un corazón que ama a Dios y le adora, y que ama a la Virgen María, venerándola cada día, siendo puro en su día a día.

La fe tuya debe crecer, jamás menguar; si crees que estás perdiendo la fe, ora más, reza más y confía en San José, hombre de gran fe; él se fió de Dios y creyó y cuidó de la Virgen María y el Niño Jesús, Dios Hijo, el mismo que está en la Sagrada Eucaristía.

P. Jesús

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