Saltar al contenido

26 de agosto de 2016

Viernes 26 de Agosto de 2.016

Evangelio:

San Mateo 25, 1-13

Parábola de las diez vírgenes

Mat 25:1 Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo.
Mat 25:2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes;
Mat 25:3 las necias, al tomar las lámparas, no tomaron consigo aceite,
Mat 25:4 mientras que las prudentes tomaron aceite en las alcuzas juntamente con sus lámparas.
Mat 25:5 Como el esposo tardaba, se adormilaron y durmieron.
Mat 25:6 A la medianoche se oyó un clamoreo: «Ahí está el esposo; salid a su encuentro».
Mat 25:7 Se despertaron entonces todas las vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Mat 25:8 Las necias dijeron a las prudentes: «Dadnos aceite del vuestro, porque se nos apagan las lámparas».
Mat 25:9 Pero las prudentes respondieron: «No, porque podría ser que no bastase para nosotras y vosotras; id más bien a la tienda y compradlo».
Mat 25:10 Pero, mientras fueron a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban prontas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta.
Mat 25:11 Llegaron más tarde las otras vírgenes, diciendo: «Señor, señor, ábrenos».
Mat 25:12 Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco».
Mat 25:13 Velad, pues que no sabéis el día ni la hora».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Parábola de las diez vírgenes

Hay necesidad de ir a comprar aceite para tener siempre la lámpara encendida, y así cuando venga el Esposo, poder estar en Casa e ir con Él al Cielo Eterno.

El Cielo Eterno, se gana con nuestras obras de fe, y las obras esas, son el servicio desinteresado a los hermanos: ser luz para todos, ser buenos con todos, y enseñar con nuestro ejemplo, al que no sabe.

Hay que ser buenos trabajadores, tenemos que trabajar bien en nuestra profesión, en nuestro trabajo. Debemos hacerlo rendir, en servicio y en dinero, para dar dinero al necesitado, puestos de trabajo dignos, y estudios a nuestros hijos, para que otro día puedan ejercen una profesión digna de los hijos de Dios y ser parte activa en el mundo laboral, en el mundo social.

Tenemos que ayudar con nuestro dinero, recibido de nuestra profesión, de nuestro trabajo bien hecho, a la Iglesia, para sostenerla, para que sea luz en las tinieblas. Y como vivimos en lo humano, siendo de los futuros santos, el dinero es necesario y no es malo, si se vive siempre con el espíritu de pobreza cristiana que vivieron los primeros discípulos de Cristo. No hace falta tener una misma bolsa, porque recordad, que se puede adulterar el corazón y engañar con los bienes que se tienen, pero eso no es digno de los santos, sino que los santos, y tú tienes que serlo, tu destino es serlo, por ser hijo de Dios, salvado por Cristo, nosotros debemos usar del dinero y los bienes materiales para aliviar a nuestros semejantes, para que la vida sea digna para todos, porque todos somos hijos de Dios, que siendo Padre, quiere que nos comportemos como hermanos y nos ayudemos con la cruz; y la pobreza, la necesidad económica, es una cruz dura de llevar, porque necesitamos dinero para vivir en esta sociedad, donde el dinero es en pago de nuestro trabajo. Hagamos un buen trabajo, y cuanto más perfecto, mejor, para dar con él, con nuestro trabajo, sea cual fuere, gloria a Dios y pan al necesitado. Amén.

P. Jesús

© copyright