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25 de noviembre de 2017

Sábado 25 de Noviembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 20, 27-40

Cuando se muere

Luk 20:27 Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron
Luk 20:28 diciendo: «Maestro, Moisés nos ha prescrito que, «si el hermano de uno viniere a morir con mujer, pero sin hijos, su hermano tome la mujer para dar descendencia a su hermano».
Luk 20:29 Pues había siete hermanos, y el primero tomó mujer y murió sin dejar hijos.
Luk 20:30 También el segundo
Luk 20:31 y el tercero tomaron la mujer, e igualmente los siete, y no dejaron hijos y murieron.
Luk 20:32 Por fin, murió también la mujer.
Luk 20:33 En la resurrección, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer».
Luk 20:34 Díjoles Jesús: «Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos.
Luk 20:35 Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos,
Luk 20:36 porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
Luk 20:37 Pues que han de resucitar los muertos, el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza, cuando dice: “El Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob”.
Luk 20:38 Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven».
Luk 20:39 Tomaron entonces la palabra algunos escribas y dijeron: «Maestro, muy bien has dicho».
Luk 20:40 Porque ya no se atrevían a proponerle ninguna cuestión. 

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Cuando se muere

Después de la muerte, viene la vida eterna en el Reino de Dios, y allí, como no se muere, no hay necesidad de continuar la especie humana, por lo cual, no es necesario casarse, porque la vocación al SACRAMENTO matrimonial, es para que Dios pueble el mundo de más almas, porque sólo vienen a este mundo, las almas que han sido concebidas por la unión física sexual de un hombre y una mujer.

La vocación al SACRAMENTO MATRIMONIAL, es una vocación santa, y de igual manera que los que reciben el sacramento sacerdotal, los que reciben el sacramento matrimonial, tienen que prepararse; y hay que prepararse para tener hijos, como los sacerdotes se preparan para tener feligreses; un sacerdote no se hace sacerdote para no celebrar Misa, sino que se hace sacerdote, para celebrar Misa, y quiere que en cada Misa haya cuantos más fieles mejor. Pero ¿qué ocurre con los que se casan para no tener todos los hijos que Dios quiere darles?; que desprecian el sacramento matrimonial, si es que, sin causas graves, evitan los hijos. ¿Os imagináis ver a un sacerdote, no queriendo que vayan feligreses a la Iglesia, a la Misa? Pues hay parejas que se casan por la Iglesia, que se dan el sacramento matrimonial, y no quieren tener todos los hijos que Dios pueda darles, y NO saben si tendrán o no motivos graves, para evitarlos con métodos naturales. Nadie estudia una carrera pensando en el fracaso, pensando que no podrá ejercer, pensando que no encontrará trabajo. Todos tienen esperanzas cuando empiezan una carrera universitaria, cuando piensan en poner un negocio; calculan el dinero que podrán obtener por su trabajo, todos hacen esto, y si piensan que van a fracasar, cambian de estudios o de negocio. Pero ¿quién cambia de novio-a, si ve que junto a él-ella no podrá vivir en Gracia de Dios?; algunos, pero pocos.

Muchos hacen un cursillo, antes de casarse, para saber evitar los hijos de manera natural. Es como aquel que estudia una carrera o pone un negocio, y pensando que no va a ganarse el pan, se apunta a que le den caridad, y así se evita de, o cambiar de estudios y negocio, o estudiar más y trabajar mejor; porque hay quien va a lo fácil, y Dios se queda sin entregar al matrimonio todas las almas que quería darles, confiando en su fe, en la fe del matrimonio, como confía Dios en la fe del sacerdote, y él mismo, el sacerdote, busca a las personas de su parroquia, les hace saber que pueden contar con él para acercarse a la fe.

Meditad mis palabras, porque un sacramento no es un documento civil, y algunos católicos, viven el sacramento sin contar con Dios, sino con su propio esfuerzo, con su visión, y Dios ayuda a los que tienen vocación al SACRAMENTO MATRIMONIAL; pero al igual que hay sacerdotes que se preocupan más de sí mismos que de los fieles, también hay matrimonios egoístas y débiles, que prefieren, incluso antes de casarse, prepararse para la tragedia de tener motivos graves para evitar los hijos; que tener motivos graves para evitar los hijos, es una tragedia, una gran prueba, que sólo con Dios, es posible superarla, pasarla; pero a veces, da la sensación que lo normal en el matrimonio canónico, es tener motivos graves para evitar los hijos, por medio de métodos naturales; y no, Dios ayuda siempre al matrimonio, a los que se han casado por vocación matrimonial, como ayuda siempre a los sacerdotes santos. Quien tenga ojos, que lea, y quien tenga corazón, que ame a Dios sobre todas las cosas y personas.

P. Jesús

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