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25 de junio de 2016

Sábado 25 de Junio de 2.016

Evangelio:

San Mateo 8, 5-17

El siervo del centurión

Mat 8:5 Entrado Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, suplicándole
Mat 8:6 y diciéndole: «Señor, mi siervo yace en casa paralítico, gravemente atormentado».
Mat 8:7 Jesús le dijo: «Yo iré y le curaré».
Mat 8:8 Y respondiendo el centurión, dijo: «Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo: di sólo una palabra, y mi siervo será curado.
Mat 8:9 Porque yo soy un subordinado, pero bajo mí tengo soldados y digo a éste: «Ve», y va; y al otro: «Ven», y viene; y a mi esclavo: «Haz esto», y lo hace».
Mat 8:10 Oyéndole Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en nadie de Israel he hallado tanta fe. Os digo, pues, que del Oriente y del Occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos,
Mat 8:11 mientras que los hijos del Reino serán arrojados a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y crujir de dientes».
Mat 8:12 Y dijo Jesús al centurión: «Ve, hágase contigo según has creído». Y en aquella hora quedó curado el siervo.
Mat 8:13 (TEXTO OMITIDO)
Mat 8:14 Entrando Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste que yacía en el lecho con fiebre.
Mat 8:15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó, y ella, levantándose, se puso a servirles.
Mat 8:16 Ya atardecido, le presentaron muchos endemoniados, y arrojaba con una palabra los espíritus, y a todos los que se sentían mal los curaba.
Mat 8:17 Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dice: “Él tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias”.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El siervo del centurión

Pide a Dios por otros y confía en Dios. Acuérdate del centurión, y pide a Dios te dé su fe.

Pide por tu fe; Dios te la aumentará. 

Pide fe por el que no tiene, y Dios se la dará.

Pide en nombre de Jesús, a Dios Padre, y todo te será dado, todo te será concedido, contando siempre con tu libertad y la libertad de los demás.

Pon tu libertad al servicio de tu santidad, y tendrás fe por las obras de tu caridad.

Confía en Dios, en Jesús, el Mesías.

P. Jesús

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