Saltar al contenido

24 de junio de 2017

Sábado 24 de Junio de 2.017

Evangelio:

San Lucas 1, 57-66.80

La mano del Señor estaba con él

Luk 1:57 Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz, y parió un hijo.
Luk 1:58 Habiendo oído sus vecinos y parientes que el Señor le había mostrado la grandeza de su misericordia, se congratulaban con ella.
Luk 1:59 Al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarle con el nombre de su padre, Zacarías.
Luk 1:60 Pero la madre tomó la palabra y dijo: «No, se llamará Juan».
Luk 1:61 Le decían: «¡Si no hay ninguno en tu parentela que se llame con ese nombre!»
Luk 1:62 Entonces preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamase;
Luk 1:63 y pidiendo unas tablillas, escribió: «Juan es su nombre». Y todos se maravillaron.
Luk 1:64 Y abrió al instante su boca y habló bendiciendo a Dios.
Luk 1:65 Se apoderó el temor de todos los vecinos, y en toda la montaña de Judea se contaban todas estas cosas,
Luk 1:66 y cuantos las oían, pensativos, se decían: «¿Qué vendrá a ser este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
Luk 1:80 El niño crecía y se fortalecía en espíritu, y moraba en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel. 

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La mano del Señor estaba con él

La mano del Señor estaba con San Juan, ya antes de nacer, y la mano de Dios está en muchos que le sirven. Y la gente queda admirada de ello, y piensan, “¿qué será de él-ella?”
Dejemos que la voluntad de Dios se obre en cada uno, porque cada uno tiene su propia misión y su amistad con Dios.

Dios elije, y a quién elije, le pasa por muchas pruebas; y muchos lo observan, y algunos intentan cortar cabezas, pero ya Cristo murió, y ahora, en el siglo actual, no se cortan cabezas, quieren declarar locura psíquica, y separar a la familia; es otra forma y manera de separar la cabeza del tronco, pero Dios es Dios, y hasta no llegado el momento, nadie muere antes de tiempo; así que hay mucha labor por delante, porque el tiempo apremia, y estamos en primavera, y hay alegría en los bienaventurados, porque se ha podado, y se va a proceder a quitar las malas hierbas, para que en estos buenos tiempos, todo florezca con la alegría de la fe y la compañía de la Virgen María.

¡Es tiempo de primavera!

¡Alegría para la Iglesia!

Ponte un vestido nuevo y disfruta en el Hogar, porque allí donde vive Dios, hay alegría, la alegría de la resurrección.  

P. Jesús

© copyright