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23 de septiembre de 2017

Sábado 23 de Septiembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 8, 4-15

Lo sembrado, por la duda, muere

Luk 8:4 Reunida una gran muchedumbre de los que venían a Jesús de cada ciudad, dijo en parábola:
Luk 8:5 «Salió un sembrador a sembrar su simiente, y, al sembrar, una parte cayó junto al camino, y fue pisada, y las aves del cielo la comieron.
Luk 8:6 Otra cayó sobre la peña, y, nacida, se secó por falta de humedad.
Luk 8:7 Y otra cayó en medio de espinas, y, brotando juntamente las espinas, la ahogaron.
Luk 8:8 Otra cayó en tierra buena, y, nacida, dio un fruto céntuplo». Dicho esto, clamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
Luk 8:9 Preguntábanle sus discípulos qué significase aquella parábola,
Luk 8:10 y Él contestó: «A vosotros ha sido dado conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan.
Luk 8:11 He aquí la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Luk 8:12 Los que están a lo largo del camino son los que oyen, pero en seguida viene el diablo y arrebata de su corazón la palabra para que no crean y se salven.
Luk 8:13 Los que están sobre peña son los que, cuando oyen, reciben con alegría la palabra, pero no tienen raíces; creen por algún tiempo, pero al tiempo de la tentación sucumben.
Luk 8:14 Lo que cae entre espinas son aquellos que, oyendo, van y se ahogan en los cuidados, la riqueza y los placeres de la vida, y no llegan a madurez.
Luk 8:15 Lo caído en buena tierra son aquellos que, oyendo con corazón generoso y bueno, retienen la palabra y dan fruto por la perseverancia».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Lo sembrado, por la duda, muere

La crítica es el resultado de la duda, porque quien duda, critica siempre. Toda persona que no tiene criterio recto de las cosas, de las otras personas, éste duda, critica y mata.

Hijos amados de Dios, cuando un juez civil escucha una crítica, escucha a las dos partes y además, a todas las personas implicadas en el hecho, es decir, no critica por lo que es una persona, o cómo es una persona, sino por una obra que ha sido hecha mal, por una consecuencia de algún pecado capital y/o mortal. No entrega uno al juez a nadie por cómo es, sino por algo malo que ha hecho; en cambio, ¡cuántos critican a otro-s por cómo es! Dicen: “¡mira que ha dicho!”; pero es que es su opinión, en su libertad, por la que será juzgado-a. Y hay que tener en cuenta, que difícilmente, uno tiene opinión certera y veraz de todo; mientras uno vive, va aprendiendo, se va informando, o la vida se lo va enseñando, muchas veces a golpes de cincel; y ¡tú!, vas sentenciando por lo que él-ella te va mostrando, de lo que va aprendiendo.

¡Se habla demasiado!

Hay varias cosas que tienes que tener en cuenta, como bien vemos en el evangelio de hoy: las personas, siendo personas, reciben una misma información, de distinta manera, y obran unas y otras, de distinta forma por la misma información. ¡Cuánto bien se haría al mundo si se rezara más, en vez de criticar tanto!; si el tiempo dedicado a la crítica, se rezara por quien se critica, por lo que se critica, entonces esa persona sería distinta, el mundo sería diferente.

Sí que hay que llamar a las cosas por su nombre, sobre todo, cuando te influyen directamente a ti o a alguna persona de tu familia; sobre todo, hay que velar por los niños; es un pecado grave, dar escándalo a los niños; por eso, si sabes de alguien que puede dañarlos, perjudicarlos, hay que criticarle delante de esos niños que, puede que desprevenidos, se encuentren con esta-s personas y les hagan un daño irrevocable; ¡hay que velar por los niños! Jesús amaba a los niños, Dios quiso ser niño; podía haber venido al mundo como Superman, el de la película de ficción, pero vino al mundo, engendrado en el vientre de la Virgen María, por Dios mismo, por Sí mismo; quiso hacer todo el proceso de la vida de la persona, porque es realmente hombre verdadero, sin dejar de ser Dios Omnipotente, que se dejó esclavizar por las leyes que rigen la vida terrena. Hay unas leyes superiores a todo hombre, a toda persona, las leyes de la vida, y son dictadoras, nadie puede dudar de ellas: si no comes te vas a morir sí o sí, y si vives te vas a morir sí o sí; no sobrepasarás a los 120 años.

Aprende a ver lo natural como lo que es, natural, y no lo critiques. No critiques que una persona coma, que una persona duerma, que una persona se enamore, que ame a su manera; es su deber de ser humano, quien lo protege de que es libre en hacer, lo que tiene que hacer, a su manera; y según su manera de hacerlo, es lo que le llevará al Cielo o al Infierno. Eso no es cosa tuya, el que por ejemplo, su voz sea más grave o aguda, pero es que hay personas que incluso esto critican, como su manera de vestir, sin ser indecente. Hay cosas que matan la libertad de los demás, y que son críticas que matan la armonía familiar, que matan a una persona, sin dejarle prosperar en la vida, sentenciándole al dolor de la crítica, que la lleva a la pena de ser echada del jardín del Edén.

La crítica oída, debilita el sentido del deber, bloquea la voluntad y abre las puertas de la demencia.

Dios perdona al que ha criticado, siempre que se vaya a confesar por tal horrendo y horrible pecado, el de matar el respeto de uno mismo, la fe en Dios; porque si Dios permite que una persona sea como es, es para que se esfuerce en cambiar, y por este esfuerzo, logre la santidad.

Dios te perdona, hijo mío, hija mía, tú que has criticado tanto, y has alejado a los que amas de tu lado. Confiesa tu pecado, y cambia de actitud de vida, porque de la crítica a la calumnia, hay menos que un paso; y el que calumnia, merece la muerte en el Infierno para siempre; porque si la crítica es una observación aguda de una realidad, la calumnia es añadirle imaginación a la crítica y llevarla al veredicto de una sentencia, de ser más que juez, de pretender ser dios, y no un abogado o fiscal. Porque para que un juez civil dicte sentencia, se oye a las dos partes y a los abogados, y al fiscal, en algunos casos; y entonces, decide por lo que le han afirmado, basándose en pruebas y no sólo en palabras; pero hay palabras que son pruebas, que dan pruebas de la mala fe de una de las partes, en algunos procesos, en cuanto han llegado a ser abiertos, por criticar a alguien, que obraba según su parecer, sin ir contra ningún mandamiento de la Ley. Pero hay quien va de dios por la vida, sobre todo de sus familiares.

Cuando obres, obra por ti, porque es y será por ti, por quien Dios te llevará al Cielo o te arrojarás al Infierno Eterno.

Nadie puede mentir eternamente. Las cosas salen a la luz, aunque los buenos callen y los críticos calumnien.

¡No critiques nunca más!

¿Por qué se critica?, porque quien hace algo, molesta al que lo critica; si no le molestara, no sería criticado. Por eso es bueno ser educado y respetuoso, y no ser un metiche en vidas ajenas, y mucho menos, ser dictador de lo que cada quién debe de hacer a su manera.

Dios perdona tus errores, y mientras hay vida hay esperanza, la esperanza de la fe que cambia, por la Divina Providencia, las sentencias.

P. Jesús

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