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21 de julio de 2017

Viernes 21 de Julio de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 12, 1-8

Cuando hay hambre

Mat 12:1 Por aquel tiempo iba Jesús un día de sábado por los sembrados; sus discípulos tenían hambre y comenzaron a arrancar espigas y comérselas.
Mat 12:2 Los fariseos que lo vieron, dijéronle:»Mira que tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado».
Mat 12:3 Pero Él les dijo: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando tuvo hambre él y los que le acompañaban?
Mat 12:4 ¿Cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la proposición, que no les era lícito comer a él y a los suyos, sino sólo a los sacerdotes?
Mat 12:5 ¿Ni habéis leído en la Ley que el sábado los sacerdotes en el Templo violan el sábado sin hacerse culpables?
Mat 12:6 Pues yo os digo que lo que aquí hay es más grande que el Templo.
Mat 12:7 Si entendierais qué significa “Prefiero la misericordia al sacrificio”, no condenaríais a los inocentes.
Mat 12:8 Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Cuando hay hambre

El que tiene hambre, va y escucha la Palabra de Dios, que es fuente de alegría, y en la alegría está la felicidad, la dicha de conocer la Verdad.

La verdad te dará la felicidad, sea lo que sea que vivas. Si es sufrimiento, si es dolor, por la Palabra viva de Dios, recibirás alimento, al leerla, o al oírla, porque otros te la lean. Ve a Misa y escucha la Palabra del Verbo encarnado, y verás que eso tan difícil para ti, como es entrar en una Iglesia católica, eso te dará la dicha; porque cuando uno tiene hambre, cuando hay hambre, uno, para saciarse, incluso va a Misa, después de muchos años sin pisar una Iglesia, pero la necesidad de alimento le lleva a ser audaz, a buscar su bien, ¡su comida espiritual!, ¡la Palabra de Dios!, que se lee en la Misa, que se medita en la homilía, que se vive al comulgar, después de confesar y estar libre de pecado, porque Dios te ha perdonado.

Cuando hay hambre, no hay miedo al qué dirán.

Anda, ve a Misa, que tienes hambre de tu felicidad, y ésta está en la Palabra, en la vida cristiana. ¡No te quedes sin sacramentos!

P. Jesús

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