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21 de enero de 2014

Martes 21 de Enero de 2.014

Evangelio:

San Marcos 2, 23-28

Hambre

Mar 2:23  Caminando El a través de las mieses en día de sábado, sus discípulos, mientras iban, comenzaron a arrancar espigas.
Mar 2:24  Los fariseos le dijeron: Mira, ¿cómo hacen en sábado lo que no está permitido?
Mar 2:25  Y les dijo: ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los suyos?
Mar 2:26  ¿Cómo entró en la casa de Dios, bajo el pontífice Abiatar, y comió los panes de la proposición, que no es lícito comer sino a los sacerdotes, y los dio asimismo a los suyos?
Mar 2:27  Y añadió: El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
Mar 2:28  Y dueño del sábado es el Hijo del hombre.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Hambre

El que tiene hambre, el que ha estado con Dios y ha ido con Él, este puede comer del Pan que sacia, de la Eucaristía, que alimenta y da vida, vida de gracia.

A ti, que no te van bien las cosas, ¿será que no vas con Dios?; ¿será que necesitas comer el Pan de vida, de la Gracia Santificante?

Si quieres que las cosas te vayan bien, hazlas bien. Pero hay algunos, lo sé, hay algunos que quieren ser servidos, por eso abusan de ser personas, y en vez de cumplir con su deber, piden, a quien sea, que les hagan las cosas, a su manera; y los ángeles de Dios, jamás, ¡jamás!, hacen mal para darte un bien, sino que si recibes un mal, te ayudan a resistir, te cuidan y te confortan, pero no van a dar un mal por ti; en cambio, en cambio, los demonios sí, esos, no tienen escrúpulos, esos no tienen dignidad, ni honra, ni nada, sólo les interesa llevarte al Infierno a toda costa; y si para que te calmes tienen que hacer daño a alguien, ¡lo hacen!, con tal de que tú confíes y te fíes de ellos, y apoyándote en tus peticiones al mal, vivas haciendo mal, queriendo el mal para los demás, y te pierdas la vida de gracia y vayas al Infierno.

Además, aquí, en la tierra, existe el bien y el mal, es decir, que ni el mal gana siempre, sino que a veces, tantas, gana el bien también; porque dime tú, si por ejemplo, Hitler ganó siempre. No, no ganó siempre, sino que el bien lo venció en su tiempo; porque en la vida, en la tierra, está el mal y el bien, pero en el Infierno, sólo está el mal. Uuuuyyyyy, allí sí que hay lo peor de lo peor, porque sólo está el mal. Lo digo por esos cuantos que van deprimidos por esta vida y piensan en suicidarse, y piensan en que una vez muertos, todo termina. ¡Que noooo!, que no termina nada, porque desde que uno nace, ya vive, y sigue viviendo SIEMPRE, primero en la tierra, luego en el Cielo o en el Infierno. Eso es del catecismo. Sí, sigo con él; te lo dije, que estos dos años, vamos a ir aprendiendo el catecismo de la Iglesia Católica.

Volviendo al tema que he titulado, “hambre”; amigo, en serio, si tienes hambre, no hayas ayuno, tú no, primero, únete al Señor, ve a confesarte y ve a comulgar, y verás, ¡verás la alegría que tendrás!; de la alegría te hablo mañana. Ya ves cómo pasa volando el tiempo; ¡hasta mañana!, te espero. ¡Un abrazo, amigo!

P. Jesús

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