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20 de noviembre de 2017

Lunes 20 de Noviembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 18, 35-43

Mendigando

Luk 18:35 Acercándose Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna.
Luk 18:36 Oyendo a la muchedumbre que pasaba, preguntó qué era aquello.
Luk 18:37 Le contestaron que era Jesús Nazareno que pasaba.
Luk 18:38 Él se puso a gritar, diciendo: «Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí».
Luk 18:39 Los que iban en cabeza le reprendían para que callase, pero él gritaba cada vez más fuerte: «Hijo de David, ten piedad de mí».
Luk 18:40 Deteniéndose Jesús, mandó que se lo llevasen, y cuando se le hubo acercado, le preguntó:
Luk 18:41 «¿Qué quieres que te haga?» Dijo él : «Señor, que vea».
Luk 18:42 Jesús le dijo: «Ve, tu fe te ha salvado»,
Luk 18:43 y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Todo el pueblo que esto vio, daba gloria a Dios.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Mendigando

Tú, como el ciego, estás sentado al borde del camino, mendigando a Cristo que pasa, que te deje ver. Y Dios, sintiendo compasión por ti, se te acerca y te cura; y tú ves. ¿Qué ves?

Te lo diré.

Ves que muchos siguen sin ver, ves que muchos sufren, y otros más, son los causantes de los sufrimientos de los demás y suyos propios, y decides hablarles, pero no sabes cómo… Pásales el Evangelio de la fe con mis meditaciones, porque si te hacen bien a ti, harán bien a los demás; porque el saber no ocupa lugar, y sabiendo, se puede amar más y mejor a Dios, se deja la soledad, y aceptando la salvación que viene de Dios, comprendes que si Dios resucitó, tú también resucitarás; y ¿hay mayor alegría que saber que vivirás eternamente?

Ahora bien… decide dónde quieres pasar el resto de tu vida, si en el Sumo Bien, o con el Mal. Decidido esto, acepta a Cristo como Rey, y dale tu vida obedientemente, no para recibir daño alguno, porque Dios no daña a nadie, sino para que, viendo Dios tu libertad, que se la das, Él, haga con ella, con tu libertad, la historia universal. Y no te preocupes por el mañana, Dios sabe de qué cosas tienes necesidad, antes de que se lo pidas; pero pide, porque a Dios le agrada que pidas, quiere que pidas, porque Él, siendo Dios, puede darte todo lo que quieras; ¿qué quieres?, díselo a Jesús, y espera, que Él pasa, y tú vas a dejar tu ceguera.

P. Jesús

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