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20 de febrero de 2018

Martes 20 de Febrero de 2.018

1.º de Cuaresma

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 6, 7-15

“Hágase tu voluntad”

7Dijo Jesús a sus discípulos: Orando, no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar. 8No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis. 9Así, pues, habéis de orar: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; 10venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. 11El pan nuestro de cada día dánosle hoy, 12y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, 13y no nos pongas en tentación, mas líbranos del mal.
14Porque, si vosotros perdonáis a otros sus faltas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. 15Pero, si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras faltas.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

“Hágase tu voluntad”

Habla con Dios, y ten confianza en que te oye. Dios quiere que seas tú mismo y le hables como eres, ¡con todo tu corazón! Entonces, trátalo como al Padre tuyo que es, ¡que lo es! Te creó, existes porque pronunció tu nombre en el deseo de su Corazón bueno, lleno de amor por ti. Habla con Él, con Dios Padre; Él, te ama y te llama para que le hables de lo que tienes necesidad de pedir, y pide, pide en nombre de Jesús, por quien Dios lo concede todo, porque Jesús es Dios, es el Hijo de Dios, y luego, también con confianza, dile con fe: “Hágase tu voluntad”.

Dios no es malo, ¡Dios es bueno!, es el Sumo Bien. Pues confía en que su voluntad será siempre tu bien. Si tienes miedo, si no tienes confianza en que la voluntad de Dios es lo mejor para ti, es que no conoces bien a Dios; y Dios es Bueno, es el Sumo Bien; Dios es el que más te ama, es el que te dio la vida y quiere lo mejor para ti. Medita en esto y te darás cuenta de que no tienes que temer a la voluntad de Dios, sino que debes quererle. Pero ocurre que muchas veces, sólo se pide a Dios cuando se “está en las últimas”, cuando las cosas van tan mal, que luego se recurre a Él, a Dios, y ese “hágase tu voluntad” se ve culminado con la pérdida de algo, de alguien. Por eso algunos tienen miedo de decirle a Dios Padre: “hágase tu voluntad”, porque ya parece que no hay más que hacer, porque ya es lo último que queda por hacer: rezar a Dios. Te diré que tienes que tener la costumbre de pedir a Dios, y pedirle y ¡darle gracias, también!, por lo que ya se está haciendo su voluntad; porque, cuando las cosas te van bien y estás contento, también se está haciendo la voluntad de Dios; Dios permite lo que ocurre, por eso todo lo que pasa es la voluntad de Dios, si no lo fuera, no lo permitiría. Y ¿es que la voluntad de Dios es que nos pasen cosas malas?; la voluntad de Dios es que hagamos la nuestra, es que seamos buenos por amarlo, es que le pidamos ayuda, es que todos seamos libres, ¡de verdad! Dios, desde que Adán y Eva pecaron, nos sacó, nos echó del maravilloso Paraíso, para que, desde aquí, quisiéramos libremente regresar a Él, a su Amor, en el Reino de la Bondad, donde sólo los buenos pueden habitar, porque el aire que allí se respira es tan puro, que sólo los puros pueden ser felices en la pureza de la fe.

Como digo, hay quien pide a Dios, como apaño final, a lo que ya parece que no tiene remedio, y a veces, acaba todo mal, porque quizás es mejor empezar todo de nuevo, pero contando esta vez, desde un principio, con Dios y haciendo siempre su voluntad.

P. Jesús

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