Saltar al contenido

2 de noviembre de 2017

Jueves 2 de Noviembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 14, 1-6

Creéis en Dios, creed también en Jesús

Joh 14:1 Dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
Joh 14:2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
Joh 14:3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
Joh 14:4 Y adonde yo voy sabéis el camino.»
Joh 14:5 Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Joh 14:6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.

Sagrada Biblia de Jerusalén (1.976)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Creéis en Dios, creed también en Jesús

Jesús se marchó, se fue, subió al Cielo, resucitó; y tú, ¿qué piensas hacer sobre este hecho?; no me digas que te vas a quedar de brazos cruzados, no me digas que vas a ser sólo un espectador de su vida; ¡qué pocas aspiraciones tienes, de ser así!

¡Vamos!, ¡anímate!, que la vida necesita de ti. Y fíjate que he dicho la vida, y no he dicho que Dios necesita de ti, que también te necesita Dios, ¡sí!, pero antes he dicho que la vida te necesita; y, ¿a qué esperas?, ¿o es que aún no te has preguntado por qué vives?; vamos, pregúntatelo: ¿por qué vives tú?

No creas que vives porque eres único y todos necesitan de ti, porque no eres único; todos los seres humanos son personas como tú, de tu misma especie, salido de hombre y mujer, así que comprende que, como tú, ¡millones!; y siendo así la realidad, ¿por qué crees que vives tú?, ¿para qué?, ¿qué de distinto puedes dar al mundo que no dé otro?

Ahora no te me deprimas, ¡vamos hombre!, ¡arriba!

Tú, como todos, eres una persona, pero tienes unas cualidades, una historia, unos genes, que te hacen distinto a los demás; eres distinto, no diferente.

Tu vida tiene un sentido particular para ti; aprende a estudiar tu historia, para saber hacer historia en la vida del mundo, porque el mundo necesita de ti, personalmente de ti, seas quien seas, aunque no tengas salud, porque con tu enfermedad tienes una historia que labrar, una identidad, un guión que escribir con tus diálogos y monólogos, con el día a día de tu vida. Porque Dios y la vida, esperan de ti; ¿qué esperan de ti?, esperan de ti lo mejor que tú puedas dar, y debes tener claro de lo que eres capaz de dar, y, ¿cómo lo sabrás?, conociéndote a ti mismo; así que no pierdas tiempo mirando, investigando y, mucho menos, criticando lo que hacen los demás. Tú, a lo tuyo, ¡a conocerte!

Coge papel y lápiz, y consíguete una grabadora; por un lado, apunta, y por otro, grábate, para conocerte bien, para ver de lo que hablas, porque de lo que dices, de lo que hablas, es lo que contiene tu corazón; ¿a ver qué tienes en él?… Y este próximo fin de semana, ¡tienes trabajo para hacer!, conocerte a ti mismo.

Veamos el Evangelio de hoy; Dios, Jesús, dice que si crees en Dios, debes creer también en Él, debes de conocerle, conocer a Jesús como el Dios que es, si es que conoces a Dios, si es que tienes fe. Y así es, todo va de conocimiento, porque para tener fe, primero debes conocer. Y, ¿sabes qué?, algo muy importante, conocer a Dios, saber que es el hacedor de todo, incluso tuyo; que es tu Padre, que es tu Salvador; esto debe llenarte de fe, en Él y en ti, en creer que no eres una casualidad, sino que eres tan importante, que Dios te dio la vida para que, unido a Él, como dice en el Evangelio de hoy, donde está Él, vosotros también estéis; y este lugar es el Cielo, es el Paraíso, es el Reino prometido, allí donde sé muy bien que tú quieres ir; ¡irás!

P. Jesús

© copyright