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19 de noviembre de 2016

Sábado 19 de Noviembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 20, 27-40

No es importante el sexo

Luk 20:27 Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron
Luk 20:28 diciendo: «Maestro, Moisés nos ha prescrito que, «si el hermano de uno viniere a morir con mujer, pero sin hijos, su hermano tome la mujer para dar descendencia a su hermano».
Luk 20:29 Pues había siete hermanos, y el primero tomó mujer y murió sin dejar hijos.
Luk 20:30 También el segundo
Luk 20:31 y el tercero tomaron la mujer, e igualmente los siete, y no dejaron hijos y murieron.
Luk 20:32 Por fin, murió también la mujer.
Luk 20:33 En la resurrección, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer».
Luk 20:34 Díjoles Jesús: «Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos.
Luk 20:35 Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos,
Luk 20:36 porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
Luk 20:37 Pues que han de resucitar los muertos, el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza, cuando dice: “El Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob”.
Luk 20:38 Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven».
Luk 20:39 Tomaron entonces la palabra algunos escribas y dijeron: «Maestro, muy bien has dicho».
Luk 20:40 Porque ya no se atrevían a proponerle ninguna cuestión.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

No es importante el sexo

Por eso, en el Cielo, no se casarán las personas, porque todas ya estarán vivas, o viviendo en el Cielo o en el Infierno, y no habrá necesidad de que nazca nadie más. Ahora, en la tierra, por la necesidad de cuerpo para las almas a las que Dios quiere dar vida, Dios puso el instinto sexual para que el hombre y la mujer al juntarse, al casarse para dar almas a Dios, que esto es el santo matrimonio, el sacramento que une indisolublemente a los esposos, y que los une para que, de su amor, deseen unirse en uno sólo físicamente, y de esta unión nazca el hijo de los dos, esa alma a la que Dios quiere dar vida terrenal para pasar las pruebas y poder así vivir en el maravilloso mundo celestial, allí donde no hay necesidad del placer sexual, porque el goce espiritual de vivir en el Reino Celestial, es mucho más superior y mejor que cualquier goce carnal.

No es importante el sexo, lo importante es el AMOR.

P. Jesús

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