Saltar al contenido

19 de mayo de 2016

Jueves 19 de Mayo de 2.016

Evangelio:

San Lucas 22, 14-20

¿Das gracias a Dios por los alimentos que vas a tomar?

Luk 22:14 Cuando llegó la hora, se puso Jesús a la mesa, y los apóstoles con Él.
Luk 22:15 Y díjoles: «Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer,
Luk 22:16 porque os digo que no la comeré más hasta que sea cumplida en el Reino de Dios».
Luk 22:17 Tomando el cáliz, dio gracias y dijo: «Tomadlo y distribuidlo entre vosotros;
Luk 22:18 porque os digo que desde ahora no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios».
Luk 22:19 Tomando el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Este es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria mía».
Luk 22:20 Asimismo el cáliz, después de haber cenado, diciendo: «Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

¿Das gracias a Dios por los alimentos que vas a tomar?

Te lo pregunto de nuevo, ¿das gracias a Dios por los alimentos que vas a tomar?…

Todo lo que tienes es porque Dios lo permite. Y no me vengas con éstas de que hay personas, niños, que mueren de hambre. Mira a tu alrededor y verás cúantas cosas tienes que no te hacían falta, que de cumplir con tu sí, dicho a Dios, tendrías que tener menos, algunos, mucho menos, para que otros tuvieran lo justo.

Si un doctor descubre un medicamento, éste se propaga, el gobierno paga para darlo a sus ciudadanos; entonces, ¿por qué no se propaga el alimento necesario para todos los ciudadanos del mundo? No le eches las culpas a Dios de lo que te ha dado para que lo des, y te lo has quedado guardado.

A ti, que se te ha conmovido el corazón al leerme, pide perdón en confesión y haz el propósito de no volver a pecar, por pensar mal de Dios, cuando tú tienes parte de la culpa colectiva.

Los pecados, digamos “sociales”, éstos son tan fáciles de excusar. Ahora comprenderás por qué los santos no tienen nada, no han tenido nada en la tierra, todo lo han entregado, y sus dones los han usado para servir a otros.

¿Hasta dónde te es lícito tener para ti y tu familia? Hasta que no pierdas la alegría. Cuando pierdas la alegría, ¡ve para el confesonario!, porque seguro que tienes algún pecado. Podría ser sufrir en vano por no aceptar el sufrimiento que otros te dan, eso también es pecado, porque juzgas y no sabes por qué lo hacen, por qué lo han hecho. El hombre, el ser humano, es social y necesita compartir, y tiene que servir, si no, no es feliz, si no, la alegría se va. Muchos creen que la felicidad está en tener, en poseer, y cuando tienen y poseen, no son felices si no comparten. Llega el día para todos, que escuchan la conciencia, y élla, la conciencia, siempre habla con la verdad, porque la sabe, sabe todo lo que has hecho y todo lo que haces, por eso nadie escapa de ella, y es bueno tenerla, por eso Dios la dio, para que la escuches y rectifiques, y pidas perdón por todo lo que no has dado, por todo lo que crees que necesitas, por decir que es Dios quien tiene que acabar con el hambre en el mundo, mientras algunos ni se acuerdan de dar gracias a Dios del pan de cada día, cuando hay tantos que mueren de hambre. No te preguntes por qué ellos mueren, sino pregúntate por qué tú lo tienes. Te lo diré, lo tienes para dar gracias a Dios por tenerlo, y para repartirlo con quien le falta. Ahorra, no gastes todo lo que te entra, e inviértelo para que otros tengan pan y puedan bendecir la mesa. No pierdas el tiempo en tus cosas, en tus hobbies, piensa en trabajar más y hacer rendir tus talentos y, con lo que recibes de ellos, da pan al necesitado. Eso es lo que debes hacer, y vivirás la alegría de las obras de tu fe. Serás tan feliz que no tendrás necesidad de ir tan a menudo a confesar, porque tu alegría es síntoma de que Dios te bendice, y si te bendice es que vive contigo, que está en ti, como cuando estaba con los apóstoles y, antes de comer, dio gracias por el pan. Aprende de Jesús y bendice los alimentos que vas a tomar, y no comas más de lo que necesitas, porque a muchos les falta el pan.

Tu dieta es la Caridad.

P. Jesús

© copyright