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19 de julio de 2018

Jueves 19 de Julio de 2.018

Tiempo Ordinario /15º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 11, 28-30

¡Dios te llama!

(Jesús dijo): 28Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré. 29Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, 30pues mi yugo es blando, y mi carga ligera.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

¡Dios te llama!

Sí, Dios te llama a ti, a ti que estás tan fatigado. A ti, que dicen de ti, que eres egoísta, egocéntrico, soberbio… Vamos, alguien imposible de tratar.

¡No les hagas caso!, ¿no ves que diciéndote esto, NO PRACTICAN LA CARIDAD? ¿Sabes tú de algún santo que no vaya bendiciendo a los demás, hagan lo que hagan?… Ves. Es que los que te dicen esto, no son santos.

Es muy fácil reconocer a uno que será santo, por la gracia de Dios; éste no va insultando a nadie, y en todos ve lo bueno que pueden llegar a ser y a hacer. No critican, y aceptan con paciencia y resignación cristiana las debilidades de los demás. Tú acepta las debilidades de estos que te dicen todas estas burradas de: egoísta, egocéntrico, soberbio, falto de humildad… Todos estos necesitan practicar la caridad, pero de verdad. Que no basta ir a Misa, y no basta confesar, y no basta rezar el rosario, ¡Dios pidió CARIDAD!

Sobre todo, ¡por Dios!, no sufras por las palabras.

Comprendo que tienes tu bien llamado orgullo, porque es bueno que tengas ese orgullo de vivir, siendo quien eres; y eso, no lo confundas, y que no te lo hagan confundir con la soberbia, que no se parece, ni de lejos.

Hay personas que, si no son tus dueños y no hacen de ti su voluntad, te llaman orgulloso, soberbio y egocéntrico, por pensar en ti y tu salvación. Oh, y usan bien de las palabras; incluso gritando, se los comprende, pero, hijo-a, que nada de esto entre en tu corazón; ¡cierra tu corazón a todo lo que te perjudique como hijo de Dios!

Dios te ama, sí, así como eres. Vamos a ver; ¿cómo era el buen ladrón hasta que confió en Jesús, Dios? Muy malo, y todo y así, Dios le dijo: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso? Así que, por muy malo que seas, si te permites tener fe, entonces, ¡nada es imposible para Dios!

Anda, anda, seca estas lágrimas, que Dios te hace y te hará santo-a.

¿Qué es imposible para Dios? Nada.

P. Jesús

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