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19 de diciembre de 2016

Lunes 19 de Diciembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 1, 8-20.24a

Cumple con tu deber

Luk 1:8 Sucedió, pues, que, ejerciendo Zacarías sus funciones sacerdotales delante de Dios según el orden de su turno,
Luk 1:9 conforme al uso del servicio divino, le tocó entrar en el santuario del Señor para ofrecer el incienso,
Luk 1:10 y toda la muchedumbre del pueblo estaba orando fuera durante la hora de la oblación del incienso.
Luk 1:11 Apareciósele un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso.
Luk 1:12 Al verle se turbó Zacarías, y el temor se apoderó de él.
Luk 1:13 Dijóle el ángel: “No temas, Zacarías, porque tu plegaria ha sido escuchada, e Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que pondrás por nombre Juan.
Luk 1:14 Será para ti gozo y regocijo, y todos se alegrarán en su nacimiento,
Luk 1:15 porque será grande en la presencia del Señor. No beberá vino ni licores, y desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo;
Luk 1:16 y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios,
Luk 1:17 y caminará delante del mismo en el espíritu y el poder de Elías para reducir el corazón de los padres a los hijos, y los rebeldes a los sentimientos de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”.
Luk 1:18 Dijo Zacarías al ángel: “¿Y qué señal tendré de esto? Porque yo soy ya viejo, y mi mujer avanzada en edad”.
Luk 1:19 El ángel le contestó, diciendo: “Yo soy Gabriel, que asisto ante Dios, y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena nueva.
Luk 1:20 He aquí que tú estarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que esto se cumpla, por cuanto no has creído en mis palabras, que se cumplirán en su tiempo”.
Luk 1:24a Y después de algunos días concibió Isabel, su mujer.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Cumple con tu deber

Dios te da oportunidades a ti, que otros no tienen, y eso lo hace con todos, porque todos los vivientes tienen un motivo, una misión, por la que Dios mismo les da la vida. Si vives, es que Dios cuenta contigo para hacer algún bien, y siendo bueno, lo conseguirás.

La señal para ti, como para la gran mayoría de personas, es hacer el bien y lo bueno, es bendecir a todos y amar a tus enemigos. Y haciendo esto, que es muy duro, pero con Dios se puede, y los santos han podido, entonces, haciendo eso que te digo: siendo bueno y meditando siempre hacer el bien, todo el bien que puedas hacer en cualquier cosa que hagas, digas o pienses, y hacerlo por amar a Dios sobre todas las cosas, entonces seas tú de los que vale la pena que vivan, porque vale la pena vivir, si se es bueno y se hace el bien.

Haz el bien a buenos y a malos, a amigos y a enemigos.

¡Fácil de tenerlo claro!, y si lo tienes claro, si tienes claro lo que Dios espera de ti, que es ser bueno y hacer el bien a todos, porque quieres sacar de ti lo mejor; entonces, tú, sabiendo lo que Dios espera de ti, puedes prepararte para hacerlo, con la oración y la voluntad; y Dios manda a sus ángeles para prepararte el camino de tu voluntad, que es su Voluntad, el imitar a Jesús, que hizo el bien a todos, amando a Dios sobre todas las cosas.

La doctrina no es tan complicada, es cosa fácil el vivirla, si la vives junto a Dios, por estar viviendo en su Gracia, por usar de la oración, de la voluntad tuya, que te lleva a usar de los sacramentos y a vivir la inteligencia humana, para no pecar, para no permitir que nada malo salga de ti.

¡Valora tu vida, es tuya!

Haz el bien porque tienes capacidad para hacerlo, disfruta de ser bueno, de amar a Dios sobre todas las cosas y personas.

Esta es la felicidad, hacer las cosas bien, lo mejor que sepas y puedas, contando con la ayuda de Dios, que siempre está a tu favor. 

Dios está contigo, Dios vive en ti, cuando tú vives para Él.

Decide vivir por y para Dios, ¡vale la pena!; Dios quiere sólo lo mejor de ti, y tú disfrutas de ti mismo, cuando luchas contra ti para sacar de ti lo mejor. ¡Claro que hay dolor en sacar de ti lo mejor!, y luego hay la alegría.

Esa es la alegría que te deseo en tu vida, la de hacer el bien y lo correcto, dando en todo ello, gloria a Dios.

Los santos te precedieron. Ellos pudieron, y tú puedes. ¡Sí!

P. Jesús

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