17 de febrero de 2015

Los discípulos se olvidaron de tomar consigo panes, así que como puedes leer en el Evangelio de hoy, los discípulos no eran perfectos, se olvidaron de coger alimento, y Dios, Jesús, les recordó los milagros que hizo cuando en otras ocasiones también tuvieron que dar de comer a tantos. Dios ayuda a las familias, a las congregaciones, a los que pasan por situaciones en las que no tienen pan, en las que se olvidaron de prepararse para el futuro, este presente que está en crisis económica.

Si tú te has olvidado de prepararte para lo que hoy necesitas, necesitas de Jesús, Dios, porque Él te Ama y es Dios y todo lo puede; puede multiplicar los panes y los peces, y el vino, como ocurrió en la Boda de Caná; y aunque estés solo, ¡no lo estás!, porque Dios te Ama y te ayuda y te puede ayudar si se lo pides con fe; y si no tienes fe, pídele te la dé, y si no eres perfecto, que no lo eres, tienes la prueba de hoy, en este evangelio, que Dios suple la imperfección con su perfección, y Él lo puede hacer y lo hace todo bien.

Tú no eres perfecto, pero Dios, Jesús, sí que lo es, es perfecto, es Dios creador del universo, también de ti. Pídele ayuda y confía en Él, y busca un pan, que Él, Jesús, Dios, lo multiplicará para tu bien. Dios siempre hace el bien.