16 de julio de 2017

Mat 13:1 Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar.
Mat 13:2 Se le acercaron numerosas muchedumbres. Él, subiendo a una barca, se sentó, quedando las muchedumbres sobre la playa,
Mat 13:3 y Él les dijo muchas cosas en parábolas: «Salió un sembrador a sembrar,
Mat 13:4 y de la simiente, parte cayó junto al camino, y, viniendo las aves, la comieron.
Mat 13:5 Otra cayó en sitio pedregoso, donde no había tierra, y luego brotó, porque la tierra era poco profunda;
Mat 13:6 pero, levantándose el sol, la agostó, y, como no tenía raíz, se secó.
Mat 13:7 Otra cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron.
Mat 13:8 Otra cayó sobre tierra buena y dio fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta.
Mat 13:9 El que tenga oídos, que oiga».
Mat 13:10 Acercándose los discípulos, le dijeron: «¿Por qué les hablas en parábolas?».
Mat 13:11 Y les respondió diciendo: «A vosotros os ha sido dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ésos no.
Mat 13:12 Porque al que tiene, se le dará más y abundará, y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado.
Mat 13:13 Por esto les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden;
Mat 13:14 y se cumple con ellos la profecía de Isaías: “Cierto oiréis y no entenderéis y no conoceréis.
Mat 13:15 Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender con su corazón y convertirse, que yo los curaría».
Mat 13:16 ¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!
Mat 13:17 Pues en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.
Mat 13:18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador.
Mat 13:19 A quien oye la palabra del Reino y no la entiende, viene el Maligno y le arrebata lo que se había sembrado en su corazón; esto es lo sembrado junto al camino.
Mat 13:20 Lo sembrado en terreno pedregoso es el que oye la palabra y, desde luego, la recibe con alegría;
Mat 13:21 pero no tiene raíces en sí mismo, sino que es voluble y, en cuanto se levanta una tormenta o persecución a causa de la palabra, al instante se escandaliza.
Mat 13:22 Lo sembrado entre espinas es el que oye la palabra, pero los cuidados del siglo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin dar fruto.
Mat 13:23 Lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y da fruto, uno ciento, otro sesenta, otro treinta».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»