Jueves 15 de Septiembre de 2.016
Evangelio:
San Juan 19, 25-27 Junto a la Cruz de Jesús Joh 19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Junto a la Cruz de Jesús Miremos la historia, así podrás hacer tu historia, según la voluntad de Dios, Jesús. Dice la historia que junto a la Cruz de Jesús, estaban tres mujeres; una de ellas, María, la Madre de Jesús, y con ella, su hermana, es decir, una pariente de Santa María; porque en aquel tiempo los familiares se trataban como hermanos y se llamaban hermanos, porque no existía la ayuda social, como existe hoy; las personas se necesitaban más, y entre familia se ayudaban; incluso los primos de segunda generación, eran como hermanos. La historia nos relató cómo María fué a ayudar a su prima Isabel. Pero volvamos a la Cruz de Jesús. Allí estaban María, la Madre de Jesús y su hermana María de Cleofás, y también estaba María Magdalena, que vemos que no era pariente de Jesús, porque no la llaman hermana, sino solamente María Magdalena. Con eso vemos que no a todos se llamaban entre sí, hermanos, sólo a los parientes, a los que eran familiares. Y estaba el narrador de la historia, el apóstol Juan, también. Y Dios dio a su Madre a Juan; no le dijo a su madre que se fuera a vivir con su pariente, con María de Cleofás, sino que la entregó a la Iglesia, a Juan, que representaba a la Iglesia en su persona, por ser el único que estaba allí; sabemos que Juan, después de la muerte de Jesús, se dedicó a la evangelización, y, aunque su Madre, la Madre de Dios, vivía con él, él no dejó de cumplir con su apostolado. Entonces, ¿por qué Dios, Jesús, le da a su Madre, María, a los pies de la Cruz, a Juan, si Juan se debe a su deber como apóstol de propagar el Evangelio? Porque Dios entrega a su Madre a la Iglesia, a nosotros. Y le dice a Juan, el apóstol que nos representa, que representa a los bautizados, a los discípulos de Cristo: “Aquí tienes a tu Madre”. Acepta a la Madre que Dios te da en la Cruz. Acepta en tu cruz, a María como Madre. Ella te comprende en tus sufrimientos, Ella te acepta con tus sufrimientos, que muchos de ellos, son debidos a tus errores pasados, a tus pecados cometidos, y a las injusticias, errores y pecados que otros hacen contra Dios. Acepta a María como Madre tuya. P. Jesús © copyright |