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15 de mayo de 2016

Domingo 15 de Mayo de 2.016

Evangelio:

San Juan 14, 15-16.23b-26

El que ama a Dios

Joh 14:15 Dijo Jesús a sus discípulos: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;
Joh 14:16 y Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito, que estará con vosotros para siempre,
Joh 14:23b Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada.
Joh 14:24 El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre, que me ha enviado.
Joh 14:25 Os he dicho estas cosas mientras permanezco entre vosotros;
Joh 14:26 pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que Yo os he dicho».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El que ama a Dios

El que ama a Jesús, a Dios, es bueno, hace el bien con y por caridad, y por el cumplimiento de la Ley de Dios. Eso dijo Jesús, eso quiere Dios, Jesús, que le imites en todo, para que seas feliz.

¿Dime tú de alguien que, haciendo el mal y lo malo, es feliz? Una cosa es que tenga cosas y posea cosas, pero ¿es feliz?, No.

Tú sé feliz y pide a Dios todo lo que quieras, porque Dios es Dios y te dará lo mejor, lo bueno para ti. Y debes aceptarlo en todo momento.

Si no has sido bueno, si has vivido en pecado, no creas que lo que tienes es lo que Dios quiere que tengas; lo que tienes, es el resultado de tu maldad, de tus pecados. Para cambiar esto, vive cumpliendo los mandamientos; vive una larga temporada, en años y obras de caridad, siendo bueno, y entonces sí que tendrás lo que Dios quiere que tengas. Muchos creen que pasándose al bando de Dios, en poco tiempo, Dios les da lo que quieren; pero Dios, siendo Dios, deja que la naturaleza cumpla con su función, así que, quien hizo mal, va a recibir el pago de sus obras, ¡tendrá que esperar!, esperar en Dios; y si se cansa de vivir en gracia de Dios, volverá a hacer el mal, y la naturaleza no se recuperará de su maldad, y dará fruto del mal que ha vuelto a hacer; y entonces, NO CULPE A DIOS, porque Dios es bueno; el malo es él-ella, esa persona que no fue fiel a sus promesas, a intenciones que tuvo de cambiar su vida de maldad, de pecado, por bondad y bien. Entonces, deberá irse a confesar, y volver a empezar y tener paciencia, porque Dios da sus regalos de amor a los buenos, no a los que juegan una temporada a ser buenos, sino a los que tienen el corazón puro, lleno del amor a Dios, lleno de bondad y de ganas de hacer el bien sin mirar a quien.

Este mes has aprendido mucho, ¡lo sé!

Sé bueno, como Dios, Jesús, es bueno; puedes, con Él, unido a Dios por los sacramentos y la oración, puedes. ¡Sí!

Tú puedes ser bueno-a. ¡Sélo!

Dios, Jesús, lo espera de ti; Dios confía en ti; ¿puede?…

Sé que sí. ¡Ánimo, valiente! Sólo los valientes son buenos siempre. ¡Tú!

P. Jesús

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