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15 de febrero de 2018

Jueves 15 de Febrero de 2.018

Tiempo de Cuaresma

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 9, 22-25

Te van a rechazar como rechazaron a Jesús

22Dijo Jesús a sus discípulos: Es preciso que el Hijo del hombre padezca mucho y que sea rechazado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y sea muerto y resucite al tercer día.
23Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome cada día su cruz y sígame. 24Porque quien quisiere salvar su vida, la perderá; pero quien perdiere su vida por amor de mí, la salvará. 25Pues ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si él se pierde y se condena?

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Te van a rechazar como rechazaron a Jesús

Si vives la fe, seas seminarista o no, a ti te van a rechazar como rechazaron a Jesús, ¡que lo sepas! Te lo digo porque algunos se asustan, sobre todo cuando empiezan a vivir la fe, y dicen: “todo me va mal, ¡claudico!”; y vuelven a portarse mal, porque os han enseñado que hay que vivir siendo aceptado, siendo feliz, mereciéndote el éxito y prosperando siempre en todo. Te lo digo de frente: ¡te han engañado! Una cosa son las palabras, otra son los hechos; ¡mira a los que conoces!; ¿cuántos han triunfado en todo y siempre?, ninguno, ¡ni uno! Así que tú tampoco vas a triunfar siempre y en todo momento en todo, ¡ni hablar! Tu vida va a ser, si eres cristiano fiel, ¡de lucha!, de vencerte a ti mismo, sobre todo a tu tendencia a desertar, porque es lo cómodo, lo fácil, lo que hacen tantos, ¡y mira cómo están!

Los ancianos, esos que creen que saben, esos te van a rechazar, como rechazaron a Jesús. ¡Estás avisado!

Entonces, sabiéndolo, prepárate; ¿cómo?, ¡fácil!, amando a Dios sobre todas las cosas, y teniendo misericordia de los demás, de los que saben y de los que no saben lo que hacen; porque algunos hacen mal, sabiendo que lo hacen, otros, sin saberlo, pero, ¡vas a recibir cada una!, ¡la que te espera!, ¡Madre mía!; eso, acude siempre a la Virgen María, Ella que todo lo soportó por ser la esclava del Señor; ¡imítala!, que hay un Cielo que te aguarda. Y ve, en esos que te rechazan, las palabras y obras aleccionadoras para ser santo-a.

¡A por ellos!, demuéstrales tu esperanza, con la caridad de tu fe.

No te importe ser rechazado, repudiado, incluso por familiares y amigos, porque, por tu sufrimiento aceptado, puedes hacer méritos por ellos, y otro día, abrazaros juntos y más unidos que nunca, en el Cielo; este Cielo que también, unido a Cristo, puedes, con Jesús, ganarlo para ellos. ¡Vamos, vamos, todos al Cielo!, todos para santos.

Dios lo puede todo, ¡ánimo!

P. Jesús

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