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15 de agosto de 2016

Lunes 15 de Agosto de 2.016

Evangelio:

San Lucas 1, 39-56

La visitación de Isabel

Luk 1:39 En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá,
Luk 1:40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Luk 1:41 Así que Isabel oyó el saludo de María, exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo,
Luk 1:42 y clamó con fuerte voz: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
Luk 1:43 ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Luk 1:44 Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo el niño en mi seno.
Luk 1:45 Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le dijo de parte del Señor».
Luk 1:46 Dijo María: «Mi alma magnifica al Señor
Luk 1:47 y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Luk 1:48 porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
Luk 1:49 porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
Luk 1:50 Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.
Luk 1:51 Desplegó el poder de su brazo, y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón.
Luk 1:52 Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes.
Luk 1:53 A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos.
Luk 1:54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia.
Luk 1:55 Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre».
Luk 1:56 María permaneció con ella como unos tres meses, y se volvió a su casa.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La visitación de Isabel

Tienes que imitar a María, tienes que “salir” de ti misma e ir a dar la buena nueva, ¡Dios vive! Dios está vivo en la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y vas a saltar de gozo al saber ¡cuánto te Ama Dios!

Pero, ¿qué dices?, ¿qué dices?, ¿que Dios no puede amarte porque eres muy pecador, muy pecadora? ¡Qué locuras estás diciendo! ¿Cómo no va  a amarte Dios a ti, precisamente a ti, que tanto te Ama?

Anda, seca estas lágrimas y alza tu rostro hacia esta imagen de María con Jesús en brazos. ¿Que no quieres ni mirarla? ¿Por qué? ¿¡Qué dices!?; ¿qué me estás diciendo de adorar a María?  ¡Claro que a María se la “adora” con el corazón! ¿No “adoras” allí a tu madre?; pues deberías hacerlo. “Adorar”, en plan lenguaje coloquial, es querer mucho a una persona. Y en este plan, puedes “adorar” a tu madre, a tu esposa, a tus hijos, a tu trabajo, a un vestido que “adoras” de tanto que te gusta, o un coche que es “adorable”. Muchos que dicen esto de adorar a la Virgen María, se pasan la vida, adorando en su corazón doctrinas falsas. ¡Eso sí que es pecado!

Adorar, sólo se adora a Dios, y esto es lo que hacemos los católicos: adorar a Dios, por amarlo sobre todas las cosas y personas, más que a nosotros mismos. Este es nuestro primer y gran mandamiento a cumplir: Adorar a Dios. No ha dicho NUNCA, ¡jamás! la Santa Madre Iglesia Católica, que amáramos a María más que a Dios y sobre todas las cosas y personas, sobre nosotros mismos. ¡JAMÁS HA DICHO ESTO LA IGLESIA! Así que acércate a María, y deja de llorar, y pon en Ella tu amor de hijo de Dios. Ella te cuidará de ahora en adelante, Ella te bendecirá y pronunciará tu nombre ante su hijo: Dios, su Esposo; Dios, su Padre Dios. Porque no podemos negar la verdad que nos enseña la Biblia, que un Ángel se presentó ante la Virgen María y le dijo que iba a concebir un Hijo de Dios y que le pondría por nombre Jesús. Así fue la historia, léelo en cualquier Biblia, incluso en las adulteradas, en esas también lo hallarás escrito. Y si lo dice, es que es cierto, es que la Virgen María, por el Espíritu Santo, su Esposo, el que le introdujo a Dios en su seno, tuvo a Jesús, el Dios Hijo, que nació en Belén de Judea, cuando Ella, la Virgen María, con su casto esposo San José, fueron a empadronarse a Belén, porque San José procedía de la estirpe del Rey David. Y así fue y es la historia del Hijo del Hombre: Jesucristo, que nació de las purísimas entrañas de la Virgen María. Y es cierto, Dios, Cristo, nació de María, de esta mujer que no adoramos, que no amamos sobre todas las cosas y personas, pero se sí que amamos con todo nuestro corazón porque por Ella, y Ella, es la Madre de Dios. ¿Qué quieres que te diga si fue así? Ella, la Virgen María es la Madre de Dios, y es madre tuya, porque Cristo, Jesús, Dios, el Mesías, el Rey de los Judíos, Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, la dio a todos los hombres como madre nuestra, cuando a punto de expirar, de morir, se la entregó a Juan el Apóstol, católico Juan, sí, católico, porque Pedro, San Pedro, es católico, es el primer Papa. Así de claro está todo expuesto en la Biblia. Lee, lee y cree. Y pasa este Evangelio con su meditación, para que crea más gente y no se pierdan la Gracia de Dios y la intercesión de María, Madre de Dios, para pedir la bendición de Dios, para ti, para todos. Amén.

P. Jesús

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