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14 de noviembre de 2017

Martes 14 de Noviembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 17, 7-10

Si no das, ¿por qué esperas recibir?

Luk 17:7 Dijo el Señor: «¿Quién de vosotros, teniendo un siervo arando o apacentando el ganado, al volver él del campo le dice: «Pasa en seguida y siéntate a la mesa»,
Luk 17:8 y no le dice más bien: «Prepárame la cena, cíñete para servirme hasta que yo coma y beba, y luego comerás y beberás tú»?
Luk 17:9 ¿Deberá gratitud al siervo porque hizo lo que se le había mandado?
Luk 17:10 Así también vosotros, cuando hiciereis estas cosas que os están mandadas, decid: «Somos siervos inútiles; lo que teníamos que hacer, eso hicimos»».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Si no das, ¿por qué esperas recibir?

Hay tantos que critican lo que no reciben y quieren recibir; esperan recibirlo, creen que se lo merecen, ¡porque sí! Y, ¿qué dan ellos?: mal humor, malos consejos, malas caras; no perdonan y “hacen su justicia”, o lo intentan, y en el intento, hay odio y venganzas, zancadillas y calumnias. Creen que así su corazón tendrá sosiego, pero esto no funciona nunca, ya que de hacer el mal, incluso por un mal recibido, ¡jamás! sale un bien! ¡Entérate bien!, si haces mal, sea por mal o por bien, vas a recibir mal y no bien.

Fácilmente, tantos, pierden la Gracia de Dios. Acaban de salir del confesonario y ya me están pecando por pensar el mal que te van a hacer en cuento te puedan ver. Sí, a ti, a ti quieren hacerte mal; ¿por qué?… porque no les caes bien, o porque con tu manera de ser, dicen que les ofendes, o… o… ¡o porque sí!

Si no das, si no dan, ¿por qué esperas recibir?, ¿por qué esperan recibir? Porque todos quieren recibir, ya que cada uno para sí mismo es importante, y es normal que se sienta uno importante en sí mismo, se sienta contento de él mismo; aunque hay muchos que ven a los demás más importantes, para imitarlos, y recibir y poseer lo que ellos tienen, y que a veces lo han conseguido de mala manera; tú, compréndete, sí, comprende que ¡claro que necesitas de ti!, pero es para que tú, ¡tú imites a Dios! para que sintiéndote tú, libre de los demás, hagas de ti, otro Cristo, en bondad, obediencia al Padre y caridad.

Recibirás cuando des.

P. Jesús

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