Domingo 13 de Noviembre de 2.016
Evangelio:
San Lucas 21, 5-19 El Templo de Jerusalén Luk 21:5 Hablando algunos del templo, que estaba edificado con hermosas piedras y adornado de exvotos, dijo Jesús: Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El Templo de Jerusalén Maravilloso era para los judíos el Templo de Jerusalén, y todo y así, amándolo tanto Dios, Jesús, dijo que vendría el tiempo en que no quedaría piedra sobre piedra… Porque la fe se tambalea, pocos se mantienen unidos a Dios Creador, a Dios Salvador, Redentor, a Dios Uno y Trino, al Dios de Abraham, al Padre de Jesús de Nazaret, el Mesías, ¡Cristo Rey!, el Verbo que habló obedeciendo al Padre; y todo es por Él, tú también. Tiempos difíciles son estos, donde tantas filosofías, religiones y charlatanes, hablan de lo que no saben, pero los demás los escuchan y pervierten su ser, su cuerpo, abandonando a la deriva su alma, que sufre desgarros de dolor, por perder la Herencia, por nublar la conciencia, por abandonar a Dios. El Templo de Jerusalén, donde se reunían los que decían amar a Dios, y le tuvieron y le hicieron crucificar; pudieron amar a Dios en la vida, amando a Jesús, que es Dios, hijo del Padre y de la joven virgen judía, María, pero, ¿¡qué esperaban de Dios!? ¿¡Guerra!?… Y Dios, Jesús, les dio misericordia, curaciones, aliviar el dolor y las penas. Jesús enjugó todas las lágrimas; y todos los que quisieron, sintieron la frondosidad y generosidad de su Amor. ¡Era Dios!, ¡¡es Dios!! Jerusalén, oh bendita tú, que en tu Templo, Dios predicó la Palabra, Jesús caminó por tus piedras y dejó el eco de su voz en ellas. Mayor regalo que la presencia de Dios hecho hombre, no hay. Por eso, tú ve a comulgar y recibirás la presencia de Jesús vivo dentro de ti, y su Divinidad y Humanidad se unirán a toda tu persona, y tu vida cambiará, porque el que tiene fe, con Dios, puede mover montañas. ¡Manos a la obra! P. Jesús © copyright |