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12 de noviembre de 2016

Sábado 12 de Noviembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 18, 1-8

El mundo

Luk 18:1 Dijo Jesús a sus discípulos una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer,
Luk 18:2 diciendo: «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres.
Luk 18:3 Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: «Hazme justicia contra mi adversario».
Luk 18:4 Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: «Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres,
Luk 18:5 mas, porque esta viuda me está molestando, le haré justicia, para que no acabe por molerme».
Luk 18:6 Dijo el Señor: «Oíd lo que dice este juez inicuo.
Luk 18:7 ¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aun cuando los haga esperar?
Luk 18:8 Os digo que hará justicia prontamente. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El mundo

¿Conoces tú, en este mundo, a personas que no temen a Dios ni respetan a los hombres?… me dices que sí, que conoces alguna gente así. Pues aprende a orar a Dios, porque lo vas a necesitar, vas a necesitar de mucha oración, porque la gente que es así, no hace lo justo, sino lo que le da la gana; por eso, a esos, hay que pedirles, una y otra vez, que sean justos, porque por su propia voluntad, no va con ellos el ser buenos, ¡no quieren serlo!, sólo les interesa salirse con la suya y tener cuanto menos trabajo, mejor, y eso sí, siempre tener un buen puesto donde ejercer su profesión, trabajando poco y recibiendo mucho dinero, principalmente, por su presencia en tal lugar, más que por trabajar.

Cuanta más gente conozcas así, más necesitas de tu oración a Dios, porque ellos no piensan ayudarte en nada, porque no entra en sus planes, servir a los demás. Sólo Dios puede hacer y hace, que estos que he nombrado, los que no temen a Dios ni respetan a los hombres, si tienen un cargo de influencia, te hagan caso en las exigencias a su trabajo, a su labor social.

La paciencia es una virtud que necesita de la oración, como todas las demás virtudes, que los hombres que aman a Dios y respetan a sus semejantes, tienen, viven, quieren.

Hay gente mala, pero lo importante es que tú, tú, seas una persona buena, que tengas temor de Dios y tengas ganas y deseos de servir a los demás, y lo hagas. ¿Ya estás ayudando en algo a los demás?… ¿Qué haces para que este mundo sea mejor?…

P. Jesús

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