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10 de noviembre de 2016

Jueves 10 de Noviembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 17, 20-25

Como un rayo

Luk 17:20 Preguntado Jesús por los fariseos acerca de cuándo llegaría el Reino de Dios, respondiéndoles, dijo: «No viene el Reino de Dios ostensiblemente.
Luk 17:21 No podrá decirse: Helo aquí o allí, porque el Reino de Dios está dentro de vosotros».
Luk 17:22 Dijo a los discípulos: «Llegará tiempo en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Luk 17:23 Os dirán: Helo aquí o helo allí. No vayáis ni le sigáis.
Luk 17:24 Porque así como un rayo relampaguea y fulgura desde un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.
Luk 17:25 Pero antes ha de padecer mucho y ser reprobado por esta generación».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Como un rayo

Será “como un rayo, que relampaguea y fulgura, desde un extremo al otro del cielo; así será el Hijo del hombre, en su día.”

Así de rápida y visible para cada uno, será la venida del Hijo de Dios, esa venida esperada, que nos llevará a nuestra nueva morada.

¡Amigos!, pensad en esto, y no hagáis otros planes que destrocen el futuro que nos espera, este futuro en la vida eterna, allí donde, sí o sí, todos van llegando, aunque Jesús no haya vuelto aún, pero todos los que se van, allí van, ¡a la vida real del espíritu!, donde sin el cuerpo, de momento, residen los muertos; donde está la bienaventurada Virgen María, que cubre de besos y más besos, a los que cruzan el cambio de vida; porque se cambia de vida, se sigue viviendo, sólo que, de momento, sin el cuerpo; y allí, Cristo, que es Rey y Juez, sentencia por las obras de tu fe. ¡Tenlo en cuenta!, por favor, porque demasiados, mueren sin haber logrado los verdaderos objetivos de esta vida carnal, que son: perfeccionarse en la caridad, recuperar el diálogo con Dios, por la oración y los sacramentos, y hacer este mundo, lo más semejante posible al Paraíso perdido, donde se vivía haciendo el bien y disfrutando de la Creación, que Dios creó y puso a los pies del hombre, de la persona, para que, cuidando de su Creación, la criatura y el Creador, tuvieran una conversación con las obras del Amor. 

Sí, puedes hacer otros planes también, planes de subsistencia en esta vida terrena, pero siempre, recordando ese Rayo que aparecerá en el cielo, y es cierto que así será, como toda palabra de Dios, que se ha cumplido y se cumplirá.

Amigos, hay un lugar mejor que éste, adonde van los elegidos, y que tú, por tu libertad y las obras de tu fe, aceptas o rechazas; y te hago saber, que el rechazo es PERDER. Tú, ¡GANA!, acepta el Evangelio, y vívelo, ¡y enséñalo!, para que, cuando este Rayo llegue a verse, ¡y se verá!, tú puedas hacer realidad tus sueños, los de una eternidad en el Reino de los Cielos.

Amén.

P. Jesús

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