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10 de febrero de 2018

Sábado 10 de Febrero de 2.018

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 8, 1-10

Segunda multiplicación de los panes

1Por aquellos días, como hubiese una gran muchedumbre y no tenían qué comer, llamó Jesús a los discípulos y les dijo: 2Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer; 3si los despido ayunos para sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos. 4Sus discípulos le respondieron: ¿Y cómo podría saciárselos de pan aquí en el desierto? 5Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Dijeron: Siete.
6Mandó a la muchedumbre recostarse sobre la tierra; y tomando los siete panes, dando gracias, los partió y los dio a sus discípulos para que los sirviesen, y los sirvieron a la muchedumbre. 7Tenían unos pocos pececillos, y, dando gracias, dijo que los sirviesen también. 8Comieron y se saciaron, y recogieron de los mendrugos que sobraron siete cestos. 9Eran unos cuatro mil. Y los despidió.
10Subiendo luego a la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Segunda multiplicación de los panes

Hoy en día, por la crisis mundial, también hay muchos que no pueden comer, como en ese día del que nos habla el Evangelio de hoy.

Todos esos que tenían hambre, estaban con Dios, habían ido a Jesús, y Jesús quiere que tengan lo necesario para vivir; Dios quiere que vivas, que sigas confiando en Él, no sólo para tu salvación, para sanarte, sino también para alimentar tu cuerpo. Recordemos el “Danos Señor el pan de cada día”. ¿Ya rezas tú, por lo menos un Padrenuestro bien dicho, cada día? Dices que estás asustado y que no rezas; que lo dices, que rezas, pero tu corazón contrito no te deja que las palabras del Padrenuestro entren y salgan de tu corazón por esta bellísima oración:

“Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu Voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal, amén”.

Yo te he ayudado hoy a rezar con paz, como ese día del evangelio de hoy, en el que los Apóstoles ofrecieron a Dios esos siete panes, y Jesús dio Gracias, y esos panes se multiplicaron. Y así ocurrirá con el Padrenuestro de hoy, que yo, sacerdote, he rezado por ti, por cada uno de todos vosotros; y rezando tú, teniendo tu pan, vas a comer, y vivirás. Dios no abandona jamás, ¡jamás! pero, reza el Padrenuestro. ¡Va!

Y si tienes pan, da al que tiene hambre. Si no tienes, no pasa nada que no des; porque Dios lo sabe; sabe de lo que tienes y de lo que das. Queda en paz. Dios te ama en tu circunstancia. ¡Vive! Todo esto pasará, todo esto está pasando; las crisis económicas siempre acaban pasando. Resiste. Ten paz. Amén.

Cada día, yo, el Padre Jesús, rezo por ti. No estás solo, no estás sola en tu angustia del vivir el día a día. Estoy contigo y rezo contigo y por ti. ¡Ánimo! Yo también conozco la angustia. Te comprendo bien, oh, hijo de Dios. Un abrazo en Cristo.

P. Jesús

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