Miércoles 10 de Enero de 2.018
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Evangelio:
San Marcos 1, 29-39 Jesús visita al sacerdote en su casa 29Luego, saliendo (Jesús) de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Santiago y Juan. 30La suegra de Simón estaba acostada con fiebre, e inmediatamente se lo dijeron.31Él, acercándose, la tomó de la mano y la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. 32Llegado el atardecer, puesto ya el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados, 33y toda la ciudad se reunió a la puerta: 34curó a muchos pacientes de diversas enfermedades y echó muchos demonios, y a éstos no les permitía hablar, porque le conocían. 35A la mañana, mucho antes de amanecer, se levantó, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36Fue después Simón y los que con él estaban, 37y, hallado, le dijeron: Todos andan en busca de ti. 38Él les contestó: Vamos a otra parte, a las aldeas próximas, para predicar allí, pues para esto he salido.39Y se fue a predicar en las sinagogas de toda Galilea, y echaba los demonios. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Jesús visita al sacerdote en su casa La casa del sacerdote es la Iglesia; allí, en el templo, recibe a los enfermos, a los necesitados, a los que buscan, a los que aman a Dios. Y Jesús, visita la Casa del sacerdote, visita su Hogar, allí donde comparte la Mesa con todos los feligreses, allí donde todos van a buscar al sacerdote, en la iglesia, el templo de Dios. Cuando tu vas a la Casa del sacerdote, donde él te pone la Mesa, allí encuentras, de seguro, a Cristo, a Dios, que visita al sacerdote, que se une al sacerdote, para que recibas la consolación del Espíritu Santo, a través y con los santos sacramentos, que todo buen cristiano acepta; recibe y disfruta de esta unión tan singular con Dios. Si estás solo-a, ve a la Casa de Dios, al Hogar del sacerdote, donde Cristo vive en la Sagrada Eucaristía, y se queda vivo, en cuerpo y alma, dentro de Sagrario. Ve a la Casa de Dios, y trae contigo a los enfermos, a los que sufren, a los desamparados, porque el Cristo, Dios, está siempre al lado del sacerdote santo. P. Jesús © copyright |