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1 de octubre de 2016

Sábado 1 de Octubre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 10, 17.19-24

Eres uno de los pequeños

Luk 10:17 Volvieron los setenta y dos llenos de alegría, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos sometían en tu nombre».
Luk 10:19 Él les contestó: «Yo os he dado poder para andar sobre serpientes y escorpiones y sobre toda potencia enemiga, y nada os dañará.
Luk 10:20 Mas no os alegréis de que los espíritus os estén sometidos; alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en los cielos».
Luk 10:21 En aquella hora se sintió inundado de gozo en el Espíritu Santo y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a los pequeños. Sí, Padre, porque tal ha sido tu beneplácito.
Luk 10:22 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelárselo».
Luk 10:23 Vuelto a los discípulos, aparte les dijo: «Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis,
Luk 10:24 porque yo os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Eres uno de los pequeños

Pequeño hijo, pequeña hija, tú, que tu vocación a la santidad te llevó y te lleva  a la vida religiosa, ¡bendito seas en el nombre del Señor!

Eres de los pequeños de gran corazón, eres de los pequeños y audaces, eres de los pequeños y humildes, ¡eres de los bienaventurados!

Este mes, el padre Jesús, o sea, yo, os quiero hablar con todo mi amor, que siento y tengo para con los religiosos-as, esas antorchas de la fe, que dan luz y calor al Evangelio.

¡Gracias! Gracias, con el corazón lleno de alegría, por haberte decidido a aceptar tu vocación de santidad; eres de los pajarillos que Dios escucha, en tu trinar la oración de tu corazón. ¡Bendito-a! ¡Bendito-a! ¡Bendito-a!

Has entendido del Evangelio, la necesidad de la oración, de la entrega en el servicio pleno, completo, permanente, a Dios, a Jesús, tu Salvador. Y la Virgen María, especialmente vela por ti, de noche y día, para que seas fiel a tu vocación, la de una vida para la religión.

Sin ti, la Iglesia sufriría mucho más; por ti, la Iglesia reparte muchas muestras de caridad universal.

Decidirte a ser religioso-a y cumplir con tu decisión, da a Dios, alegría en su sangrante Corazón, dolorido por el desprecio del mundo, y consolado por ti. Eres bienaventurado-a!

Dios Hijo se te reveló y lo aceptaste, como hacen los que comprenden el Evangelio y aceptan ser hijos y testigos de Dios Hijo, el Padre Espiritual de esta generación de santos, donde buscan la morada Celestial y hallan muchos, el desprecio del mundo, viviendo en este mundo, consolados dentro del Sagrado Corazón de Dios y el Inmaculado Corazón de María.

Gracias hermanos, benditos del Padre, hijos de Dios.

P. Jesús

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